Ciencia y tecnología

Estudios revelan beneficios del tacto

Un gesto tan simple como un abrazo o una caricia puede ser bueno para el alma. Pero, ¿sabías que el tacto puede tener un efecto beneficioso incluso cuando proviene de algo no humano? Investigaciones recientes sugieren que las caricias de robots o peluches pueden generar resultados positivos similares.

Un análisis exhaustivo de más de 130 estudios internacionales, liderado por un equipo de investigadores de Bochum, Duisburg-Essen y Amsterdam, revela que el tacto tiene el poder de aliviar el dolor, la depresión y la ansiedad tanto en adultos como en niños. Los resultados, publicados recientemente en la prestigiosa revista Nature Human Behaviour, ofrecen una visión fascinante sobre el impacto del tacto en nuestro bienestar emocional y físico.

Julian Packheiser, del Instituto de Neurociencia Cognitiva de la Ruhr-Universität Bochum y autor principal del estudio, enfatiza que el tacto deseado mejora el bienestar de las personas, ya sea en situaciones clínicas o en la vida cotidiana. «Cualquiera que sienta el impulso de abrazar a un ser querido no debería contenerse, a menos que la otra persona se oponga», añade.

Los investigadores también descubrieron que el contacto táctil con objetos como robots, peluches o cojines para abrazar puede proporcionar beneficios físicos similares a los del tacto humano, aunque con un impacto ligeramente menor en la salud mental. Este hallazgo destaca la versatilidad del tacto como una herramienta terapéutica, incluso cuando no proviene de fuentes convencionales.

Los beneficios del tacto son especialmente evidentes en caricias cortas pero frecuentes. «Cuanto más prolongado sea el contacto, mejor», afirma Packheiser. «No es necesario un masaje largo y costoso; incluso un breve abrazo puede tener un efecto positivo».

Tanto adultos como niños pequeños se benefician del poder del tacto. Según Helena Hartmann, de la Universidad de Duisburg-Essen, es crucial que los padres sean quienes brinden caricias a los bebés, ya que su influencia tiene un impacto más significativo que la de los cuidadores. Sin embargo, en el caso de los adultos, no se observan diferencias significativas entre las caricias de personas conocidas y las de profesionales de la salud.

Los estudios también revelaron que el tacto tiene un impacto notable en el estado mental de los adultos, reduciendo significativamente el dolor, la depresión y la ansiedad. Además, se observaron efectos positivos en factores cardiovasculares como la presión arterial y la frecuencia cardíaca, aunque menos pronunciados.